De viaje por el universo Disney
Entrevista. El cantante habla de su vida y su trabajo en el film animado "Enredados"
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MATÍAS CASTRO
"Ahora no me tiembla tanto la voz como a los doce años", explica Chayanne. Se ríe. Su comentario es referencia a su trabajo para el doblaje del personaje coprotagonista del film animado "Enredados", que se estrena el próximo viernes.
La simpatía de Chayanne no es una aptitud que aplique solamente en el escenario, sino que también se nota en una entrevista telefónica. Se aprende de antemano el nombre del periodista con el que hablará y se muestra verborrágico y suelto, casi sin pretensiones. La promoción de la película le cayó en medio de la gira internacional con la que publicita su disco No hay imposibles, el número 21 de su larga y novelesca carrera. "El trabajo de doblaje es sencillo porque te lo pasas a gusto, pero es a la vez agotador porque es una responsabilidad grandísima. Además esta propuesta me agarró en plena gira, pero la acepté porque he sido fanático de las películas de Disney desde que tengo uso de razón", cuenta.
Es imposible hablar de este cantante y no pensar en la canción Provocame, obligada en casi cualquier fiesta y especialmente en los programas de televisión que se emiten en la Nochebuena o en fin de año. Y no es la única canción, porque sus temas pegadizos se pueden seguir acumulando. Es que si dice ser fanático de Disney desde chico, se puede decir que la música es parte de su vida más o menos desde la misma época, ya que su madre lo presentó a un casting para entrar a Menudo, aunque fue rechazado y por eso entró en 1978 al grupo Los Chicos.
Treinta y dos años después de ese comienzo, trabajó por segunda vez
dentro de los estudios cuyas películas lo habían atrapado de pequeño.
Aunque haya sido solo por tres días. "El doblaje se hace en poco tiempo
e implica también hacer los sonidos de los golpes, los jadeos cuando tu
personaje corre y otras cosas así", cuenta, "pero es ameno, porque uno
está rodeado de profesionales y todo está muy organizado".
Para hacer la voz y meterse en un proceso más o menos ágil, la principal referencia que tuvo fue la animación, que ya tenía el audio original en inglés de Zachary Levi. "Ver la imagen en movimiento y luego ponerle la voz es un trabajo fascinante", explica.
Con más de treinta años recorriendo escenarios del mundo, Chayanne ha desarrollado una manera propia de moverse y gesticular. Sus presentaciones, coinciden personas con gustos bastante diversos, suelen ser contagiosas debido a su actitud y forma de moverse, aunque su música no guste del todo. Esa es una de sus grandes diferencias con otros ídolos latinoamericanos como Luis Miguel o Cristian Castro.
"Te lo digo, con todo lo que hice en mi carrera agarré mucha experiencia y lo pongo en práctica en todos los proyectos que llevo adelante", comentaba. "Yo he hecho telenovelas, películas y todo lo uso en los distintos trabajos que me propongo. Mi primera película la hice a los diez años, por ejemplo. Todo eso me ayuda, pero lo que mencionas del escenario es que el tipo de show mío es como un espectáculo musical, ya que implica cantar, bailar, actuar también. En ese mismo esquema apliqué mi experiencia a Flynn Rider, mi personaje Y con toda la que tengo hoy en día no me tiembla tanto la voz como a los doce años".
Maduración. A los doce años de edad, cuenta, lo llevaron en helicóptero a un estadio en Guatemala. Creía que iba a ver un partido de fútbol pero cuando llegó descubrió que era un concierto multitudinario de su banda, Los Chicos, en la que estuvo hasta 1984. Cuando tenía once años cantaba con el grupo a medianoche en discotecas, actuaba en televisión e incluso en el cine. Así fue la entrada a la adolescencia de Chayanne, o Elmer Figueroa Arce, nacido en Puerto Rico en 1968. A esta altura se podría decir tranquilamente que su vida casi no tuvo una etapa de normalidad, aunque hoy esté casado y tenga dos hijos y mantenga una relación sana con sus padres.
"Uno en la infancia es más desprendido, es más espontáneo porque no tiene tantas responsabilidades", cuenta. "Yo sabía algo que venía de mis padres y de mis abuelos. Tenía claras enseñanzas como eso de tratar a los demás como quieres que te traten, ser puntual y ser respetuoso. Todo eso te ayuda en una carrera porque te da credibilidad como profesional. Y de chiquito viví muchas cosas sin darme cuenta, hasta que de grande miré atrás y vi lo que hice… Y te das cuenta de muchas cosas de grande. Esto es lo que hice toda mi vida y esa es mi experiencia. Y si me preguntas si lo permitiría a un hijo mío, te digo que lo acompañaría, no le trancaría la carrera ni su sueño. No lo dejaría acompañado solo con el representante, la coreógrafa y la vestuarista, que para mí eran como mis tías. De todas maneras me divertí mucho y sé que tenía mucha gente protegiéndome".
"Sentí algunas similitudes con mi personaje de la película", cuenta. "Flynn crece en un ambiente que lo obliga a defenderse, tiene que ser pícaro porque es el ladrón más buscado. Tiene que sobrevivir y esconderse de una maldad que ha hecho y eso lo lleva a encontrarse con Rapunzel. Ahí empieza a ver las cosas de otra manera".
Quienes tuvieron que adaptar su forma de ver las cosas fueron los productores de la película, cuyo presupuesto, se dice, es el segundo más alto de la historia del cine y el más alto que ha tenido una película animada: 260 millones de dólares. Inicialmente se iba a llamar Rapunzel, como el cuento de los hermanos Grimm en el que se apoya, pero el título fue cambiado por uno que no se asociaba solo al personaje femenino sino que aludía a la relación entre los dos protagonistas.
Pero el proceso de producción de seis años implicó unos cuantos cambios. Uno de ellos fue el procesamiento en tres dimensiones, cosa necesaria a esta altura para una película de mucho costo y que debe generar el mayor dinero posible.
La participación de Chayanne fue parte del proceso de venta del film al mercado hispanoparlante. Y su llegada fue con algunos aportes particulares, que tienen que ver con su propia historia de vida. "En mi caso, el instinto en el escenario, la frescura, la espontaneidad, son cosas que uno tiene. Cuando te vas de chico, lo que llevás contigo es lo que te enseñaron, los principios, los valores. La única defensa que tienes al salir al mundo es lo que te decían, lo que te enseñaron tus padres. Esas cosas son las que me sirvieron para crecer"
"Ahora no me tiembla tanto la voz como a los doce años", explica Chayanne. Se ríe. Su comentario es referencia a su trabajo para el doblaje del personaje coprotagonista del film animado "Enredados", que se estrena el próximo viernes.
La simpatía de Chayanne no es una aptitud que aplique solamente en el escenario, sino que también se nota en una entrevista telefónica. Se aprende de antemano el nombre del periodista con el que hablará y se muestra verborrágico y suelto, casi sin pretensiones. La promoción de la película le cayó en medio de la gira internacional con la que publicita su disco No hay imposibles, el número 21 de su larga y novelesca carrera. "El trabajo de doblaje es sencillo porque te lo pasas a gusto, pero es a la vez agotador porque es una responsabilidad grandísima. Además esta propuesta me agarró en plena gira, pero la acepté porque he sido fanático de las películas de Disney desde que tengo uso de razón", cuenta.
Es imposible hablar de este cantante y no pensar en la canción Provocame, obligada en casi cualquier fiesta y especialmente en los programas de televisión que se emiten en la Nochebuena o en fin de año. Y no es la única canción, porque sus temas pegadizos se pueden seguir acumulando. Es que si dice ser fanático de Disney desde chico, se puede decir que la música es parte de su vida más o menos desde la misma época, ya que su madre lo presentó a un casting para entrar a Menudo, aunque fue rechazado y por eso entró en 1978 al grupo Los Chicos.
Para hacer la voz y meterse en un proceso más o menos ágil, la principal referencia que tuvo fue la animación, que ya tenía el audio original en inglés de Zachary Levi. "Ver la imagen en movimiento y luego ponerle la voz es un trabajo fascinante", explica.
Con más de treinta años recorriendo escenarios del mundo, Chayanne ha desarrollado una manera propia de moverse y gesticular. Sus presentaciones, coinciden personas con gustos bastante diversos, suelen ser contagiosas debido a su actitud y forma de moverse, aunque su música no guste del todo. Esa es una de sus grandes diferencias con otros ídolos latinoamericanos como Luis Miguel o Cristian Castro.
"Te lo digo, con todo lo que hice en mi carrera agarré mucha experiencia y lo pongo en práctica en todos los proyectos que llevo adelante", comentaba. "Yo he hecho telenovelas, películas y todo lo uso en los distintos trabajos que me propongo. Mi primera película la hice a los diez años, por ejemplo. Todo eso me ayuda, pero lo que mencionas del escenario es que el tipo de show mío es como un espectáculo musical, ya que implica cantar, bailar, actuar también. En ese mismo esquema apliqué mi experiencia a Flynn Rider, mi personaje Y con toda la que tengo hoy en día no me tiembla tanto la voz como a los doce años".
Maduración. A los doce años de edad, cuenta, lo llevaron en helicóptero a un estadio en Guatemala. Creía que iba a ver un partido de fútbol pero cuando llegó descubrió que era un concierto multitudinario de su banda, Los Chicos, en la que estuvo hasta 1984. Cuando tenía once años cantaba con el grupo a medianoche en discotecas, actuaba en televisión e incluso en el cine. Así fue la entrada a la adolescencia de Chayanne, o Elmer Figueroa Arce, nacido en Puerto Rico en 1968. A esta altura se podría decir tranquilamente que su vida casi no tuvo una etapa de normalidad, aunque hoy esté casado y tenga dos hijos y mantenga una relación sana con sus padres.
"Uno en la infancia es más desprendido, es más espontáneo porque no tiene tantas responsabilidades", cuenta. "Yo sabía algo que venía de mis padres y de mis abuelos. Tenía claras enseñanzas como eso de tratar a los demás como quieres que te traten, ser puntual y ser respetuoso. Todo eso te ayuda en una carrera porque te da credibilidad como profesional. Y de chiquito viví muchas cosas sin darme cuenta, hasta que de grande miré atrás y vi lo que hice… Y te das cuenta de muchas cosas de grande. Esto es lo que hice toda mi vida y esa es mi experiencia. Y si me preguntas si lo permitiría a un hijo mío, te digo que lo acompañaría, no le trancaría la carrera ni su sueño. No lo dejaría acompañado solo con el representante, la coreógrafa y la vestuarista, que para mí eran como mis tías. De todas maneras me divertí mucho y sé que tenía mucha gente protegiéndome".
"Sentí algunas similitudes con mi personaje"
El personaje que interpreta Chayanne en Enredados se llama Flynn Rider (Flynn por el actor Errol Flynn), es un ladrón que llega con su hermano a la torre donde la princesa Rapunzel está prisionera. Allí hacen un acuerdo para que Flynn la ayude a escaparse."Sentí algunas similitudes con mi personaje de la película", cuenta. "Flynn crece en un ambiente que lo obliga a defenderse, tiene que ser pícaro porque es el ladrón más buscado. Tiene que sobrevivir y esconderse de una maldad que ha hecho y eso lo lleva a encontrarse con Rapunzel. Ahí empieza a ver las cosas de otra manera".
Quienes tuvieron que adaptar su forma de ver las cosas fueron los productores de la película, cuyo presupuesto, se dice, es el segundo más alto de la historia del cine y el más alto que ha tenido una película animada: 260 millones de dólares. Inicialmente se iba a llamar Rapunzel, como el cuento de los hermanos Grimm en el que se apoya, pero el título fue cambiado por uno que no se asociaba solo al personaje femenino sino que aludía a la relación entre los dos protagonistas.
Pero el proceso de producción de seis años implicó unos cuantos cambios. Uno de ellos fue el procesamiento en tres dimensiones, cosa necesaria a esta altura para una película de mucho costo y que debe generar el mayor dinero posible.
La participación de Chayanne fue parte del proceso de venta del film al mercado hispanoparlante. Y su llegada fue con algunos aportes particulares, que tienen que ver con su propia historia de vida. "En mi caso, el instinto en el escenario, la frescura, la espontaneidad, son cosas que uno tiene. Cuando te vas de chico, lo que llevás contigo es lo que te enseñaron, los principios, los valores. La única defensa que tienes al salir al mundo es lo que te decían, lo que te enseñaron tus padres. Esas cosas son las que me sirvieron para crecer"
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