En todo estaré
Chayanne aplica otra vez la ecuación entre baladas
y fiebre en partes iguales, para su primer disco en cuatro años.
Amor y sudor. Melodía y coreografía.
La glándula pineal es un órgano situado en la mitad del cerebro, a la altura de los ojos, que produce melatonina, hormona que regula los ciclos de sueño y vigilia en el organismo. Es también una glándula de cuyo estudio se han desprendido en la historia diversas teorías relacionadas con la espiritualidad, la sanación y la energía. Y Elmer Figueroa, Chayanne, sabe cómo ponerla en acción. "Si quieres activar / tu glándula pineal", propone en la última canción de su nuevo disco. La respuesta es el verso que contiene el título de esa canción: "El baile del Tubuduru".
Ésa una de las dos especialidades del cantante puertorriqueño. Baladas y fiebre. De la trilogía de astros latinos juveniles que despuntó ya en los '80, Luis Miguel siempre fue más melódico, Ricky Martin se cambió al mercado angloparlante, y Chayanne es quien mejor ha resumido siempre esa fórmula de 50% de amor y 50% de sudor. En 1987 saltaba a la fama con el movimiento de "Fiesta en América", pero bajaba las revoluciones en "Para tenerte otra vez". En 1988 enseñaba "Este ritmo se baila así", pero a la vez ponía pausa con "Tu pirata soy yo". Si en 1992 pidió "Provócame", también hubo un amor que le dio en "El centro de mi corazón", y por cada "Simon sez" hay un "Tiempo de vals", por cada "Salomé" un "Dejaría todo", y por cada "Boom boom" un "Yo te amo".
Así funciona también En todo estaré. Los dos primeros singles del disco son "Humanos a Marte" y "Tu respiración", uno rítmico y otro melódico. Algo de novedad hay en el sonido más "natural" de un par de estas canciones, entre el acordeón de "Mareaíto" y ese ukelele de "Humanos a Marte". Hace quince años un adelantado alternativo como Manu Chao sonaba así en "Bongo bong". Ahora es Chayanne el que se maquilla con esos timbres "orgánicos". Luego "Bailando dos corazones" será bachata, porque también hay que estar a la moda; "Mareaíto" tendrá un aire de merengue, y de ahí en adelante baladas y bailables se irán una y una, intercaladas en todo el disco.
Entre las primeras figura "Dímelo", de Franco de Vita, que ya había compuesto "Un siglo sin ti" (2003) para Elmer. Entre las bailables, la inicial es "Madre Tierra", efectiva canción dance donde está sampleado ese hit automático del maestro cubano René Touzet que es "Oye", y que dice "Oye / abre tus ojos / mira hacia arriba". Y la última es el nuevo estilo de baile: "Tubuduru". Una canción donde bailar vuelve a rimar con gozar. Y que no sólo es para activar tu glándula pineal. Es pa' ponerte arriba rico. "Tubuduri dance (pa'rriba) / Tubuduru dance (pa'bajo) / Tubuduri dance, qué rico, mami, ponte a gozar", canta Chayanne. Coreografía garantizada.
—David Ponce (el mercurio)
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