Chayanne, el humilde rival de menudo

Chayanne fue desechado para sumarse a Menudo.  Pasó por
"Los Chicos" y así llegó a la fama que hoy lo ostenta, como uno de los
solistas más afamados por la crítica.

Nadie lo imaginaba. Ni siquiera él mismo. Su vida fue un tobogán a un éxito que se le fue de las manos. Es que esos sueños se construyen con un sentimiento que sólo los artistas únicos pueden lograr. Sin embargo, y a pesar de que sabía qué era lo que quería para su vida, tuvo que batallar contra viento y marea para lograr su propósito. Y, ya en la cima, el mundo se puede ver de otra manera, aunque jamás sin subestimar al vértigo en las alturas.

Vaya a saber qué, pero parece que Puerto Rico es una tierra fértil para este tipo de talentos. Lo supo con el paso de su vida aquel niño nombrado como Elmer Figueroa Arce que por su madre algo de flechazo al destino le heredó. “Elmer” se llamó por una serie de caricaturas de la que su madre era fan y Chayanne por una serie que adoraba. Quizás de esos genes se construyó una carrera envidiable.

Aquella tarde que cabeza gacha terminó luego de una audición trunca para el grupo Menudo no le fue en vano hacia sus sueños. De su nacimiento aquel 28 de junio de 1968 ya habían pasado 10 años. Su precocidad le jugó en contra para el mítico grupo que integró Ricky Martin. “Vos sos muy chico para este grupo”, le dijeron aquel día.

Sin embargo siguió peleando y remando en su pre adolescencia. No le dijeron que no “Los Chicos”. Ese grupo le dio el primer sostén en la década del 80. Rápido se convirtieron en los rivales de “Menudo”, pero aquello resistió lo que tenía que resistir. El creador de éxitos avasallantes aún no había llegado. Y fue por eso que lanzó en 1984 “Chayanne es mi nombre”. Era el comienzo, tibio aún. Siguieron dos discos que comenzaron a moldearle la carrera de éxito. Y el primero grande llegó cuando lanzó al mercado sus álbumes llamados Chayanne y Chayanne II. “Fiesta en América fue un primer atrampolín y luego “Este ritmo se baila así”, se convirtió en el mejor vídeo latino del año para la crítica especializada de la cadena MTV. Y el primer gran golpe público fue cuando formó un contrato publicitario con Pepsi-Cola que aceleró de manera notable su popularidad.

Quien quiere ser millonario. 1989 fue el golpe de nocaut. “Tiempo de Vals” fue una bisagra en su vida de cantante. Y con ese logro consiguió superar el millón de copias vendidas. Todo cambio en el ingreso a una nueva década con “Completamente enamorado” inundó de fans en sus presentaciones. Todo marchaba muy bien pero el pedestal fue al poco tiempo: “Provócame” fue un trampolín enorme que le brindó el salto más esperado de sus objetivos artísticos.

Y a pesar de que mantuvo fuertes enfrentamientos con las discográficas, el artista logró sobreponerse y bordear la cifra de 30 millones de discos vendidos en toda su carrera hasta el momento.

“Siempre es una energía muy bonita, siempre se agradece. Para mí es especial como si fuera la primera vez cuando estoy en Argentina”, dijo hace poco en nuestro país cuando estuvo en el programa de Susana Giménez.

A pesar de Provócame, el cantante tuvo un golpe descomunal con Influencias, un disco que dio reminiscencias a grandes voces como las de Julio Iglesias, José Feliciano o Juan Gabriel. “Me gusta trabajar mucho detrás del escenario, programar cosas, trabajar pleno”, recalca con su cuidado personal y físico. Eso le valió una etapa de aprendizajes cuando estuvo varios años sin grabar hasta que regresó en el ’96 con todo: Volver a Nacer. De allí salieron éxitos tremendos como Sólo traigo mi ritmo, Sólamente tu amor, Tal vez es amor o Volver a nacer.

Pasó por un comienzo de milenio envidiable. Aparecieron aquellas grandes canciones como Salomé que reforzaron su estándar de figura mundial de la música.

“El más humilde”, suele llamarlo la crítica. Es que Chayanne ha hecho de su vida artística lo que ha sido su personal. Tratar de ser tan bueno en el escenario como buen padre, hijo y marido. Su fórmula es infranqueable y realmente digna de admirar.