ser todo un caballero, de esos que llegan siempre
a tiempo, de los que en vez de hablar únicamente
de sus propios logros pregunta primero a su
interlocutor cómo se siente. Un caballero que
jamás le da la espalda a nadie. Es más, el día
de nuestro encuentro, en su acogedora oficina
en el downtown de Miami, se levantó
en medio de nuestra conversación para abrir la
puerta corrediza que comunica su despacho con
el salón de conferencias y asegurarse de que
la persona que se encontraba allí estuviera
cómoda y no quedara excluida de sus atenciones.
Es que la educación del protagonista de telenovelas
como Provócame e intérprete de grandes canciones
como Dejaría todo y Torero no se ha afectado con
su fama. Es esta característica tan suya la que da
inicio a una conversación sumamente amena,
convirtiendo una mañana de trabajo en un enorme placer.
¿Qué hace que aunque miles de fans te consideren un
ídolo, tú mantengas una actitud tan sencilla, tan diferente
a la de otros artistas?
Creo que mucho depende de a qué edad uno comience
en esto. Yo veo esto como cuando uno aprende otro idioma
desde temprano: uno lo habla con naturalidad y le sale
de una forma natural, pero si lo aprende con más edad,
entonces va a tener más acento y hasta suene rudo al hablarlo.
Creo que lo mismo podría suceder con esto [la fama]. Quizás
como yo comencé desde muy pequeño a cantar, cuando la
gente me pide un autógrafo no me molesta, mientras podría
darse el caso que algún artista tenga un “no” por delante.
En mi caso, me encanta poder tratar bien a la gente, porque
la gente me trata muy bien a mí desde hace mucho tiempo.
Al parecer, te seguirán tratando muy bien, pues tu nuevo
disco (No hay imposibles) acaba de salir y ya causó
sensación con su primer sencillo (“Me enamoré de ti”),
el cual es incluso el tema de la telenovela Corazón Salvaje
¡Sí! Fue muy interesante, porque no había terminado
de grabar el disco y ya me habían llamado de la telenovela
para que les entregara un tema, así es que la canción
comenzó a sonar incluso antes de que saliera el álbum.
Cuando compongo, yo me meto en cada canción como
si se tratara de una película, pero no necesariamente tiene
que ser la mía. Pero, bueno, creo que “Me enamoré de ti”
es una canción con la que me identifico bastante porque
vivo enamorado de la vida, de mi familia, de mis seres
queridos, de mi profesión. Así que te puedo decir que
es con el que más me identifico. También me gusta mucho
“No es imposible”, porque se refiere un poco más al amor,
pero cuando pasa problemas cuando es un amor que
enfrenta diferencias, como cuando las parejas enfrentan sus problemas.
Acabas de cumplir trece años casado con Marina, así es
que imaginamos que no han faltado oportunidades para
que tu relación haya pasado por esas diferencias. ¿Cómo las superan?
Creo que lo que nos ha ayudado a superar cualquier
problema es mantener siempre mucha comunicación.
Cuando nos conocimos, a mí me gustó mucho su tranquilidad,
su calma, y no me equivoqué con eso. Además, creo que
influye el que seamos personas muy activas o que siempre
estemos viajando, porque nos ayuda a estar buscando
siempre cómo enamorarnos cuando nos encontramos:
yo la invito a comer o a salir, para mantener esa chispa encendida.
Las fans te siguen y persiguen y sin
embargo te has mantenido alejado
de cualquier escándalo. La pregunta
que todo mundo se hace es: ¿Se pueden resistir
las tentaciones?
Pues esa es la lucha. Uno trata de no ver,
de no ver… Pero al final, ¡no saben
cómo disfruta uno el sentido de la vista!
Uno puede usar la vista para apreciar las
cosas bonitas de la naturaleza, pero
luego uno continúa su paso, sigue
con su trabajo y lo mejor es trabajar mucho, para no distraerse
más de lo debido (risas). Por eso trabajo mucho, así no
me distraigo. Algo que me ha funcionado muy bien es
programar mis giras en función de mi familia: trato de
ir a un país a la vez y enseguida regresar a casa.
Si me tocan viajes largos, como Chile, Argentina,
España o Italia, trato que ellos puedan viajar conmigo.
Y, si esto no se puede (mis compromisos son bien apretados)
trabajo y trabajo y enseguida puedo regresar. No hay tiempo para
“distracciones”.
Como no hay este tipo de “distracciones”, ¿ante qué
otras distracciones sí sucumbes?
Quizás porque nací en Puerto Rico, a mí lo que me
encanta es el mar. Me gusta salir en bote a pescar, porque
da como un sentimiento de libertad; nadar en el mar me
da mucha paz, y echarme sobre la arena a broncearme me
relaja de verdad. ¡A mí déjenme en una playa y estoy feliz!
También soy una persona de mucha actividad física, me
encanta jugar golf, tenis, baloncesto, nadar, ir al gimnasio…
Creo que soy lo que podrían llamar un fanático de los deportes.
y está entrando en la adolescencia, mientras
que tu hija Isidora recién cumplió los nueve.
Sorprendentemente, has logrado mantenerlos
alejados de los paparazzi. ¿Cómo lo has logado?
(Un poco serio) Bueno, hace poco no
me fue tan bien y publicaron unas
fotos mías con Lorenzo haciendo deporte.
La verdad es que siempre ando
haciendo actividades
con ellos pero trato de que su imagen no salga. Esto no
es por esconder el amor que tengo por ellos, porque
eso todo el mundo lo sabe, sino para que ellos puedan
mantener su privacidad, que es lo mas valioso que
tiene el ser humano. Ya cuando ellos sean grandes
les tocará escoger si quieren ser una personalidad
pública o no, pero mientras tanto quisiera que disfruten su
vida lo más normal que se pueda.
Hablemos de viajes. ¿Qué es lo primero que buscas
cuando llegas a otro país?
Cuando llego a un país llego con el tiempo muy
limitado, por eso me tiro más a lo gastronómico.
En México me gusta mucho La Hacienda de
los Morales, en Argentina hay varias churrasquerías que
me encantan. O las tapas cuando viajo a España. Hago
mucho ejercicio, ¡así es que tengo que comer bien!
Además, si me queda un tiempito, seguro que buscaré
un buen campo de golf, pero eso me pasa muy poco,
porque siempre viajo con la agenda bien apretada.
Casi siempre llego a un país, canto y regreso a casa.
A ti te gusta mucho la decoración y dicen que decoraste
tu casa a la perfección. ¿Lo hiciste solo?
¡Nooo! Aunque soy una persona que se mete en todo y
me gusta dar mi opinión, también me oriento con profesionales.
A mí me gusta mucho pedir la información de los que saben
en cada área. Después trato de balancear lo que me dicen con
lo que me gusta, y así todo va tomando un sentido profesional pero
personal.
¿En todo sigues esa fórmula?
Creo que casi en todo. Por ejemplo en la moda,
escucho lo que me dice mi vestuarista, pero también
estoy consciente que la moda viene con lo que a uno
le queda bien. Porque si los pantalones de tubo están
de moda, pero uno tiene unas libritas de más, mejor se
queda con lo clásico. También ahora que lanzamos
mi fragancia [Brizza por Chayanne], me esmeré por estar
al tanto de las pruebas, los aromas, el envase, cada detalle…
Yo iba poniendo mi granito de arena, pero me dejaba llevar por
la gente que sabe del tema.
¿Qué fue lo que te convenció de quedarte con la fragancia final?
Fue todo, pero antes de llegar a la etapa final, lo que me había
convencido de este proyecto fue que era diferente. Brizza no
es una fragancia que se vende en los centros comerciales,
sino por catálogo, de puerta en puerta, de mano en mano,
y me gustó mucho que fuera un sistema que regresara a las
raíces, a ese contacto humano. Es que a mí todo lo que tenga
un toque así no deja de llamarme la atención.
Finalmente, en estos 41 años de vida ¿cuál ha sido la mayor lección
de vida aprendida?
La de la tolerancia, porque no todos somos iguales, y en vez
de criticar esas diferencias deberíamos tratar de aprender de
ellas. Todos los días nuestra meta debería ser: qué puedo hacer
para que la actitud de los demás no me afecte. Para aceptar que
en las diferencias con los otros puede haber mucha fuerza.
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